|
|
Invertir en bolsa en el "muy corto plazo" |
Las inversiones en Bolsa en el "muy corto plazo" han encontrado en Internet una
herramienta inmejorable para estar en todo momento al tanto de los movimientos
del mercado y operar desde cualquier lugar, en cualquier mercado del mundo, en
tiempo real y con comisiones más bajas. Si se decide invertir a "muy corto
plazo" en bolsa, el usuario debe tener los conceptos muy claros y sobre todo
saber en todo momento dónde se mete. Porque no hay que olvidar que, cuanto menor
es el plazo de inversión, mayor es el riesgo. Según los expertos, se debe saber
que no es un juego, y tener mucha disciplina y un buen control mental para
llegar a buen puerto.
Ventajas e inconvenientes
Invertir a muy corto plazo tiene ventajas e inconvenientes. Entre las
principales ventajas se encuentra que es una operativa muy flexible, se cuenta
con la posibilidad de aprovecharse de la elevada volatilidad del mercado, y se
tiene la posibilidad de operar "apalancado", es decir, invertir por encima del
patrimonio que uno tiene, según señala Javier Galán, gestor de inversiones de la
sociedad de valores Renta 4. Entre los inconvenientes de esta forma de invertir,
destacan la necesidad de "estar muy encima" del mercado, y que se incurre en
unos costes de transacción (comisiones, corretajes) más elevados.
Lo que muy pocos expertos recomiendan a los inversores particulares es invertir
en el intradía (comprar y vender en el mismo día). No obstante, se trata de un
tipo de inversor que ha proliferado en los últimos años. El perfil es de un
varón, de entre 30 y 50 años, urbano, con elevado nivel cultural, importante
formación técnica, dominio de Internet y que busca sacarse un sobresueldo con la
Bolsa. Lo cierto es que para invertir en el intradía hay que dedicar mucho
tiempo y energía, y supone mucho estrés. Más habitual es la estrategia de
algunos inversores de invertir en el "muy corto plazo", es decir, en varios días
o muy pocas semanas. ¿Cómo hacerlo?
Claves del "muy corto plazo"
Para invertir en el muy corto plazo con solvencia, el inversor debe seguir una
serie de recomendaciones:
- Tener tiempo: Es la principal herramienta que se precisa para ser un
inversor en Bolsa a muy corto plazo. Sobre todo porque hay que estar todo el día
pendiente del mercado y eso suele ser incompatible con otra actividad
profesional. El 'day trader' es un inversor que opera en el intradía, es decir,
que compra y vende entre la apertura (las 9:00 de la mañana), y el cierre de una
misma sesión (las 17:30 de la tarde). Puede operar varias veces en ese período
de tiempo, e incluso mantener la posición (lo que ha comprado) tan sólo durante
unos minutos o media hora.
- Estar muy informado: Desde primeras horas de la mañana debe estar al
tanto de toda la información que pueda influir en la evolución del valor.
Informarse a través de radio, televisión, prensa, portales de Internet, etc.
Debe estar al día de cuanto se mueve alrededor de los mercados y de todas las
noticias (crisis sectoriales, subidas del petróleo, escándalos, publicación de
resultados...) que pueden tirar hacia arriba o hacia abajo a una serie de
valores.
- Estar continuamente conectado: Estar permanentemente conectado es
fundamental para conseguir los objetivos. Siempre tiene que mantener abierta la
página del broker y de los portales de Bolsa. Debe disponer también de un
servicio de alarma a través del teléfono móvil. Hay que tener siempre a mano el
teléfono de un intermediario, porque muchas veces es más rápido dar una orden
telefónica que a través de Internet.
- Inmediatez a la hora de actuar: Debe disponer de una valoración de la
inversión en tiempo real. Es decir, que cuando se venda, aparezca el efectivo de
forma inmediata en la cartera para poder volver a comprar inmediatamente
después. Esto puede parecer una evidencia, pero es importante porque, en la
operativa ordinaria, el Servicio de Compensación y Liquidación de Valores (SCLV)
tarda algunos días en anotar el dinero de la venta.
- Hay que dominar el análisis técnico: Para los expertos, el análisis
técnico resulta una de las herramientas más válidas para la inversión a muy
corto plazo. Consiste en el análisis de los mercados o de los valores a través
de gráficos. Lo ideal, sobre todo para invertir en el intradía, son gráficos de
cinco minutos, de quince minutos y de una hora, y que se actualicen en tiempo
real.
- Cerrar posiciones: Otra máxima que es muy recomendable seguir, sobre
todo para los 'day traders', es cerrar las posiciones abiertas durante la
sesión: vender todo lo comprado, incluso perdiendo. Si el inversor deja una
posición abierta, al día siguiente se puede perder más. No obstante, en el caso
de que no se sea un inversor muy agresivo, se puede dejar abierta hasta que
alcance el objetivo de subida fijado.
- ¿Existen horas mejores que otras? Algunos expertos señalan que sí. Así,
en la primera hora de mercado, cuando se va a formar la tendencia, es preferible
no operar. Es mejor hacerlo a partir de las 15.30, cuando abre Nueva York y el
mercado vuelve a moverse en función de la evolución de Wall Street.
- Operar con valores líquidos: Una recomendación que tampoco hay que
pasar por alto es la de entrar en valores que tengan movimiento tanto hacia
arriba como hacia abajo. Pero siempre en valores con liquidez; de lo contrario,
se puede quedar atrapado. Es decir, nada de apostar por valores pequeños. En
opinión de Javier Galán, lo fundamental es operar con activos muy líquidos.
- Concentrarse en unos pocos valores: Un buen inversor debe
especializarse sólo en tres o cuatro valores y realizar un seguimiento
exhaustivo de sus movimientos y de sus gráficos. Y no es conveniente que sean
más de tres o cuatro, porque de lo contrario se termina por no dominar ninguno.
Esto no significa que esos valores sean siempre los mismos: se puede ir rotando,
pero no aumentándolos.
Tipos de 'Day Traders'
Existen cuatro clases diferentes de inversión en el corto plazo:
- Scalping: Es la más agresiva de todas y con la que se corre más riesgo.
Consiste en aprovechar microtendencias de un valor y entrar para salir
inmediatamente, con tan sólo unos céntimos de euro de beneficio, el menor
beneficio que se puede obtener. Esta operativa es fugaz y sólo se permanece en
el valor unos minutos, a lo sumo media hora. Para que compense un beneficio tan
exiguo, el broker debe ofrecer unas comisiones muy competitivas.
- Swing trading: Consiste en subirse a una ola y tirarse cuando se está
en la cresta, para volver a subirse después. Se elige un valor y se entra.
Cuando se haya ganado, se salta y se espera a que caiga para volver a entrar en
el valor. Tiene que ser siempre en el mismo valor y en una misma sesión. Por
ejemplo, comprando Telefónica a 12,50 euros y sube a 12,63, el beneficio es de
un 1%. Se aplica la venta, para esperar a que vuelva a
12,50 o por debajo, y volver a entrar. Tantas veces como el valor se mueva
arriba o abajo durante la sesión.
- Core trading: Esta clase de trading es la más tradicional y menos
agresiva. Consiste en seleccionar uno o varios valores según una tendencia
alcista del mercado y comprar. Hay que marcarse un objetivo de rentabilidad, por
ejemplo, un 5% de subida, y cuando se haya conseguido, vender. No existen plazos
prefijados, es decir, si el valor elegido sube ese 5% en una sesión, se vende en
esa sesión; si tarda una semana, en una semana. Eso sí, hay que colocar un stop
loss (límite de pérdidas) y vender si lo rompe.
- Spread trading: Esta clase es la que eligen los operadores
institucionales, sobre todo los gestores de fondos alternativos. Se basa en un
juego de divergencias y correlaciones. Por ejemplo, si compramos acciones del
BBVA y del BSCH, que son bancos con evoluciones bursátiles muy similares. Si un
día BBVA sube un 5% y SCH un 1%, se compra BSCH a la espera de que suba el tramo
que no lo ha hecho. Al tiempo, para evitar riesgos, se puede vender BBVA por si
corrige la subida y cae. Así se compensará el riesgo de que no suba BSCH con la
posibilidad de que corrija BBVA. De este modo, se puede equilibrar y ganar.
Asumir pérdidas y limitar ganancias
Una recomendación para el inversor "a muy corto plazo" es que debe asumir las
pérdidas. Los expertos aconsejan que estas pérdidas se limiten hasta un 5%. Si,
con un determinado valor, acumula dos pérdidas del 5%, hay que vender
automáticamente. Hay quien se obstina en la idea de que, tarde o temprano, dicho
valor acabará por remontar y muchas veces esto no ocurre. Pero también debe
establecerse un límite para las ganancias. Aquí debemos echar mano del viejo
refrán de que "la avaricia rompe el saco". El inversor a corto plazo debe
aprender a ganar poco y salirse, no esperar a ganar más con el riesgo de perder.
Se trata de ganar más de lo que se pierde, no de querer ganar siempre. Según
Javier Galán, hay que asumir que se acertará un 50% de las ocasiones y se errará
en el otro 50%, por lo que la clave está en ganar más dinero cuando se acierta
que cuando se falla. Por ejemplo, cuando se acierta en una operación, ganar un
2%, y cuando se falla, perder sólo un 1%.
Para cumplir estas dos máximas, hay que tener en cuenta dos herramientas, las
órdenes condicionadas y el stop loss. Las órdenes condicionadas son un sistema
que puede parecer muy básico en la actualidad, pero hasta hace poco tiempo no se
ofrecía. Permite introducir una orden de compra o de venta, pero condicionada a
un precio. Sólo si el valor toca ese precio, se ejecuta. La mayoría de los
brokers ofrecen varias alternativas de vigencia de la orden: un día, una semana,
un mes o 90 días. Si pasado el período elegido el valor no ha llegado al precio
fijado, la orden queda automáticamente anulada.
El stop loss -literalmente se traduce como parar las pérdidas-, es una modalidad
de orden condicionada que consiste en fijar el margen de pérdida que se está
dispuesto a asumir. Alexander Sáenz, en su libro "Invertir en Bolsa", explica
que al usar una stop loss, un inversor limita la fluctuación del precio. En
otras palabras, se utiliza para proteger a un inversor de perder dinero que ha
ganado en posiciones a largo o a corto plazo. Por ejemplo, supongamos que el
inversor haya comprado 10 acciones de una empresa al precio de 10 euros.
Afortunadamente, el precio de las acciones ha subido hasta 20 euros, con lo que
la inversión de 100 euros que se realizó ahora vale 200 euros. Pero ahora se
quiere proteger el beneficio de 100 euros que ya ha conseguido. Para hacerlo, se
puede dar al broker una orden stop loss de venta si el precio de las acciones
cae de los 20 euros.
Fuente:
http://www.consumer.es/web/es/economia_domestica/finanzas/2007/10/25/171019.php
|
Añade tu artículo:
Contacto - Añadir artículo
|
|